Por : Gabriel Arce Shultz
Imborrable fue la huella dejada por el artesano de la camada más exitosa de la historia!
Profundo y hondo pesar en el fútbol sin dudas nos deja la partida de el «profe» como lo denominaron en tantas ocasiones sus pupilos o simplemente el «negro» para sus amigos y más cercanos.
Hablar de José es hablar de la historia misma pero hecha a una realidad esculpida y forjada con trabajo y dedicación.
Como todo buen entrenador supo muchas veces saborear el triunfo y también el sabor amargo de la derrota.
Nativo de Coquimbo fue duenó de un carácter aguerrido pero también se tiñó de sapiencia y sabiduría para adentrarse en una de las etapas más difíciles en el fútbol aquella de la «formación»; donde no tan solo hay que lidiar con los aspectos técnico- tácticos sino muchas veces sirviendo de guía para que el árbol finalmente diése frutos y vaya que los dió! de los mejores! Aquellos más jugosos los que se exportan al mejor precio y no tiene otro destino que estar en los mercados más importantes del orbe.
Sulantay perteneció a esa cuerda de técnicos criollos que dignificaron la actividad como el chueco Hermosilla, el mortero Aravena el propio Jorge «Peineta» Garcés y como olvidar a su más fiel e indisoluble de tantas batallas el coloquial Clavo Godoy.
Me atrevo a decir que siempre divagarás en el subconsciente del pueblo chileno pero cuando se hable de la historia y de los más ganadores precisamente allí en ese inconsciente estará escrito con letras de fuego tu nombre.